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Entrevista a Poggi, músico

“El amor tiene que durar tres minutos”
Poggi, músico (23 años)

Por: Adrián Bechelli

Fotos: Gaby Areal Velez

Ama el punk. Habla de sus canciones como si hablara de una novia. En ellas aconseja: soñemos más, dormamos juntos. Mientras canta en La Pata de Giuseppe, le quita distorsión a un nuevo proyecto de canciones, casi intimista: Rockeros, Suicidas y Enamorados. Con ustedes, Le Poggi.




Para mí el arte no son todas las canciones, sino un par de canciones y mucho la actitud. Es algo que te saca de paseo. Eso es lo más fuerte que tiene el arte.

¿Qué es una canción?
Es el conjunto entre la letra y la música. Y para que sea canción te tenés que romper la cabeza de ambas partes. Una canción no está terminada hasta que no laburás toda una parte y después la otra le cae de una manera justa. Se tienen que complementar de una manera linda, con armonía.

¿Cómo te das cuenta si está buena o no?
En el momento en que ya no se le puede agregar más nada, que no te queda ningún tornillo medio flojo. Está ajustada por todos lados, es imbatible. En el momento en que ya está armada y no se la puede tirar abajo, me parece que se planta como canción.

¿Cómo sería eso de la trascendencia…?
Es una sensación que a uno le da. Por más que para todos no sea lo mismo, hay un punto en que una canción es una canción y ya es así. No se le puede cambiar nada. Conserva algo que es indiscutible. Es una sensación muy rara. Te llega a dar un punto de realización, pero también te da un punto de que lo tenés que superar, constantemente. Es como terminar algo y encontrar otra cosa. Te deja en ese paso entre dos cosas, te pone entre contento e incómodo.

¿Qué sería una buena música?
Es algo que por ahí te lleva meses. Te da la seguridad de que está buena y es linda cuando ya la tocaste más de veinte veces, cuando perdura. Hasta que no es sólida no se canta.
Y no es primordial que termine solida en un disco. Para mi ya en la cabeza la podés tener sólida sólida, la idea. Después que termine como sonido es otra cosa.

¿Una buena canción?
Un corazón, de Albert Pla, me parece increíble.

¿Dónde estaría la creatividad ahí?
Pla siempre te deja pensando. Nunca le terminás de sacar la ficha, pero te das cuenta que no le podés discutir nada, y a la vez nunca lo podés terminar de comprender del todo.
Lo lindo de una cancion es que nunca sabés en qué ambiente se construyó. La voz te transmite algo, pero nunca nunca vas a sacarle la ficha al chabón, bajo qué circunstancia estaba. Si el tipo estaba tranquilo en la casa o la escribió volviendo una noche vomitando en un taxi. Nunca vas a sacar la ficha del porqué de la canción, de dónde sale. Pero de cierta manera es innegable.

Ese es un flash tuyo, ¿siempre pensás eso?
Me pasa, me pasa seguido. Decir de dónde mierda está saliendo eso. De dónde sale. Para hacer una cosa tan linda, hay algo que al tipo se le está moviendo por algún lado, hay fichitas sueltas. Hay algo que el tipo está tratando de acomodar, de pensar. Y no sabés en qué circunstancia le bajó. Es muy místico ese tema.

¿Para qué componés?
Muchas veces compongo como desahogo. La canción tiene la facilidad de cambiarte el estado de ánimo en cualquier momento. Todo era tal como era hasta que por ahí escuchás una canción, y pasa. Tenés la canción de ejemplo para el resto del día. Y por ahí te vas cagando de risa de ciertas cosas, es una actitud.

Cuando no tenés una canción, y más tarde tenés una canción, ¿qué sucede en el medio?
Acá viene el tema entre una canción y una canción a medias. Para mí hacer una canción es una cosa que lleva tiempo. Yo la considero canción cuando tiene un tiempo. Por el tiempo es un proyecto y es un pensamiento y es un mambo que te va dando vueltas. Hasta el día que la hacés canción. Y yo creo que la hacés canción cuando por ahí terminate el día, estás tranquilo, solo, y decís: mierda, tengo esto en la cabeza hace horas y horas, días, me voy a dar un poco de bola. Y ahí empieza a salir, a tomar forma. Pero para mí es un caminito largo, como que se va engendrando la canción.

¿Nunca te pasa que te sale una canción al toque?
Me ha pasado, pero nunca la considero canción hasta que no le doy semanas. Hasta que no me parece que está constituida. La empiezo a escribir y la dejo en borrador. Está esa cosa que sentís que se puede derrumbar por cualquier lado, hasta que no lo sentís firme para mí no es canción. Me pasa hasta con canciones que escucho de gente que ha grabado un disco y siento que están sin terminar, o están hechas por compromiso. Para mí escribir una canción es un suceso.

Cuando la terminás ¿qué te pasa?
La quiero salir a tocar por todos lados. Se la quiero mostrar a todo el mundo. Y la regalaría como poética, la regalaría como música. Una canción así, se puede dividir en partes, se puede desarmar. No hay partes descartables en una buena canción. Vos agarrás una frase y la podés regalar por ahí, un arreglo puede estar bueno y hacerte reír un ratito.
Y a veces hay algunas canciones me salen de un tirón en un viaje de bondi. Siento que hay una historia, una idea.

¿A qué le llamás idea?
Te estoy llevando por un camino en el cual te estoy contando lo que me estuvo pasando, hasta que caigo a la idea, a ese renglón que era lo único que yo te quería decir. Pero te hice una historia para que me escuches, para llevarte a lo que para mí era realmente importante.
Yo soy muy exigente con las canciones. Puedo escribir millones y millones de canciones y me queda una. Tengo blocks y cuadernos llenos. Soy de sentarme a escribir por el hecho de sentarme a escribir, me gusta.

¿Qué debería tener un buen cantautor?
Los objetivos claros. Vivencias. El hecho de que te haya pasado algo y saber como lo querés contar. Poder sacar algo bueno de eso. Para un cantautor que por ahí no tiene más que su voz y su guitarra, creo que prevalece muchísimo más una idea a nivel musical, lo que está tratando de comunicar. El hecho de poder comunicar algo que llega.
El mundo de fantasía es un mundo muy lindo para poder decir las cosas que uno quiere. Porque no solamente está contando lo que uno quiere, sino lo que podría pasar. El hecho de poder llegar a un final sin pagar una consecuencia. Correrte de la objetividad del mundo.

Y entrar a desarrollar la fantasía propia…
Totalmente. Cómo llegaría a esto saliendo de donde estoy sentado todo el día. Si yo me paro en otro lugar, ¿cómo saldría esto? En el lugar en que realmente yo quisiera que estén las cosas. Entonces por ahí estás haciendo algo en un mundo que para vos capaz es ideal. No te estás bancando consecuencias, no te estás bancando cosas. Y es una linda manera de abstraerse.
Si uno se quiere sentar en su escritorio y escribir una canción y salir de la realidad, no te lo impide nadie. Creo que es el único lugar en donde uno puede ser libre, realmente. Cuando uno escribe llega al punto donde quiere llegar, por más que sea mental. En cierto punto lo estás viviendo.
Me parece que hay un mundo interno en la cabeza de cada uno que es impresionante. Y no es difícil pelarlo, es jodido encontrarlo. Pero creo que las partes más lindas de la vida están en la cabeza de uno y en como uno las siente. Ahí está realmente lo lindo.

¿En que momento dijiste: quiero hacer canciones?
Yo en realidad agarré la guitarra por una necesidad de escribir. Y agarré las bandas por una necesidad de encontrar las canciones. Era un desastre, era punki, cuadrado, cantando temas trillados de amor y todas esas cosas.
Siempre disfrute escribir, y hacer un hit por ahí…. Nunca salió (Risas).
La primera vez que me pareció que tenía una canción, que me podía largar solo, fue con Otoño.

¿Qué cuenta Otoño?
La parte que más me gusta es la que dice: Me deshojé como otoño que soy. No veo nada más lindo que describirme a mí como un ciclo que empieza verde y se termina cayendo abajo. Dije: esto no lo puede cantar nadie más que yo. Y esto para mí no se banca la crítica de nadie. Acá puedo salir solo a decir esto.

¿Para hacer canciones hay que haber pasado procesos de transformación profunda?
Para mí el cantautor, el escritor, el artista en sí tiene que poder ver el mundo desde un trono. Para mí es importantísimo eso, el hecho de haberlas pasado todas y decir pasé tal tal tal tal. Es como un criterio, amplio, para la vida. Un pibito que estudia guitarra desde los 10 años y vive en una cuna de oro toda la vida por ahí no ve el mundo desde una vista muy amplia.

¿Por qué punk? ¿Qué es el punk para vos?
Para mí el punk es todo. El punk me cambió la vida. Fue la forma de sacarme a mis viejos de encima, de sacarme a mis amigos de colegio privado de encima, de salir un fin de semana y no ser el pendejo que era toda la semana. Porque hasta que no empecé a escuchar punk no me di cuenta que estaba metido en una rutina. Me persigue hasta hoy, pero yo ya de chico tenía una rutina. El punk me abrió la cabeza un montón. El punk es liberarse.

¿Las canciones son imágenes también?
¿Vos decís si un disco mío podría ser una galería, una exposición? Yo cuelgo doce cuadros en una pared, vas pasando de uno en otro… Como la galería es de color, la canción tiene color. Después de escuchar la canción, después de todo ese trance, llegás a una imagen del tema, se te forma algo. Cuando la escuchás por segunda vez ya tenés un resumen. Para mí eso es una pintura que uno tiene. Como que el arte todo, en cierto punto, se puede enchufar con otras ramas del arte por un mínimo cablecito. Un cuadro también lo podés hacer canción, o te pude dar música mientras lo mirás.

Un consejo para hacer buenas canciones
Creo que lo importante es ser auténtico.

¿Un artista es como un extraterrestre?
Y sí… es como si fuesen todos puntos hechos a punzón y de repente te cae un punto hecho con un pincel. Nunca te va a ser igual a otro. No va a tener la misma medida. Como que ahí se ve lo groso.
Para mí fue re jodido mostrarme como músico, en mi casa, en mi familia. Contando que yo nunca estudié una mierda de música. Me senté a escribir, casi sin leer libros, por puro amor a escribir. Hasta que un día fui encontrando mi estilo.

¿Cuál es la canción esa que querés hacer que siempre te te escapa? ¿De qué habla?
No sé… pero te podría tirar cosas. La luna me parece una cosa hermosa para meterla en un hit. El amor… Pasa que el amor es raro. Una cosa es el deseo y otra cosa es el amor. Escribir el amor en situación tiene más fuerza que pasarlo a palabras. Una situación romántica, según como la digas, tiene diez mil veces mas fuerza que escribir el amor en palabras. Pero demostrar el deseo no es tan difícil.
Para mí el hit tiene que hablar de amor. El amor es una lucesita. Y puede durar más que una canción. No te puedo plantar el amor eterno en una canción. Una canción dura cuánto, ¿tres minutos?... El amor tiene que durar tres minutos. Y terminar.


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Vero Gatti, artista visual julio 010





Es como una suma de pequeños cuentos. Cada obra tiene SIEMPRE algo para contar y un universo creado alrededor.
Intento hablar de lo más genuino y lo más oscuro del mundo (y de mí), disfrazado por una inocencia que lo hace tolerable.
Se arma un juego a partir de la obsesión con el detalle y con el otro, que debe descubrir, si es curioso, que siempre hay algo más.
Me gusta jugar. Es eso. Un juego.

Hablar. Desde un lugar que me hace felíz. Como cuando bailo ridículamente y estoy completamente conectada con la música. Es esa sensación de estar moviéndose desde los sentidos. Eso sucede con mi arte. Es mi forma de DECIR más potente, y la que más disfruto. Lo que más me conecta con mi YO real.
Si todo esto genera además algo en el otro y despierta sensaciones, eso verdaderamente me hace feliz
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